Otra entrada de las xenoformas.
En el planeta Vandellós, un grupo de españoles trató de salir adelante tras su colonización sembrando cereales y criando ganado. El problema vino cuando comenzaron a nacer los primeros vandellosences. Todos y cada uno de los nacidos en Vandellós nacieron con algún tipo de mutación genética grave. Tras los primeros casos, se realizó un estudio para averiguar el por qué de esta situación. La explicación oficial fue que el planeta no tenía campo magnético, lo que dejaba al mismo a merced del viento solar, provocando las mutaciones en los embarazos.
En el planeta Vandellós, un grupo de españoles trató de salir adelante tras su colonización sembrando cereales y criando ganado. El problema vino cuando comenzaron a nacer los primeros vandellosences. Todos y cada uno de los nacidos en Vandellós nacieron con algún tipo de mutación genética grave. Tras los primeros casos, se realizó un estudio para averiguar el por qué de esta situación. La explicación oficial fue que el planeta no tenía campo magnético, lo que dejaba al mismo a merced del viento solar, provocando las mutaciones en los embarazos.
Al
principio, las mutaciones no eran demasiado apreciables: algunos niños nacían
con tres brazos, otros con dos cabezas, etc. Nada que no se hubiera visto ya en
los japoneses. Sin embargo, con el tiempo, la mutaciones empezaron a producir
mutaciones radicalmente diferentes de un humano: seres mitad hombres, mitad
tortuga, seres parecidos a centauros o a minotauros. Otros nacían con agallas y
debían ir rápidamente al mar de Vandellós, otros nacían pequeños y con
plumas...
Cuando
se empezaron a dar a conocer estos cambios, la inquisición española mandó al
planeta a una delegación para comprobar que seguían siendo tan humanos como
para ser capaces de tener la religión verdadera (o sea, la suya). La
comprobación sobre el terreno produjo lo que los inquisidores se temían: muchos
de ellos no tenían religión.
En
realidad era que muchos de estos seres no tenían ni religión ni habla, por lo
que no podían comunicarse, ni por supuesto adorar a nadie. Los pocos
vandellosences con razonamiento que quedaban en el planeta, viendo que si la
delegación volvía con un informe desfavorable lo que les esperaba era una
limpieza termonuclear del planeta, propusieron lo siguiente: que los
"humanos" de Vandellós que no tuvieran habla fueran considerados
animales. De esta manera sorteaban el problema de perecer exterminados.
Varias generaciones
posteriores, volvieron a mandar a una delegación a Vandellós. Los seres cuyos
ancestros habían sido humanos, no tenían nada de los mismos: algunos se asemejaban
a grandes arañas peludas, otros a masas informes de gelatina, etc. Ninguno con
un habla humana y al parecer sin ningún tipo de comunicación de otra especie.
Se les consideró una sola raza y se les pasó a designar Masriudoms, por razones
poco claras.
Se llegó
a la conclusión de que el planeta se clausuraría para cualquier tipo de
colonización posterior, pero que no se exterminaría a los seres que vivían en
dicho planeta. Desde entonces hasta hoy, las únicas naves que aterrizan en su
superficie o bien son de científicos para poder estudiar algunas de sus formas
de vida o bien son gente rica con ganas de pasárselo bien realizando algún tipo
de cacería en el planeta.
Sin
embargo, hay una razón muy diferente de la oficial para que en Vandellós haya
ocurrido este tipo de tragedia. Las tormentas solares pueden llegar a producir
mutaciones, pero parece que nadie se ha dado cuenta de que no nace ningún ser
que no sea viable, es decir, que todos los fetos sobreviven al embarazo y al
parto. La razón oculta de estas extrañas "mutaciones" en la población
del planeta no es más que un vórtice espacio temporal del que emana una rara
energía de un universo lejano y extraño. Esta energía ha provocado que los
seres que nacieron en Vandellós se fueran asemejando cada vez más a los
habitantes de ese otro plano.
¿Cual es
la finalidad de todo ello? Nadie lo sabe todavía...
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