viernes, 15 de abril de 2016

La fundación de los Caballeros Lejionarios del espacio español II

Siendo Ministro de la Guerra el General Don Antonio Machuca y Tovar hicimos un viaje a Nouve Argelie a estudiar en el 'Regimiento de marcha de la Lejión extranjera' francesa, en el que fuimos recibidos con gran afecto y camaradería, cosa que nos extrañó sobremanera. Al teniente Campillo todo aquello el olía a chamusquina. Luego supimos que la causa de tan cordial recibimiento era la gratitud que sentían por la acción de nuestro Emperador durante la guerra contra las otras potencias europeas en el espacio, especialmente contra un navío inglés del que rescatamos casi 40 prisioneros franceses que dejamos en libertad en una nave. En realidad creíamos que eran españoles y por eso los dejamos irse. Fue aquí donde nos enteremos de nuestro craso error.

Al General Machuca y Tovar sucedió como Ministro de la Guerra el General Don Jotxu Villalbona, publicándose entonces el Real Decreto de creación del Tercio de Extranjeros del Espacio. Siendo, finalmente, el Señor Vizconde de Esa, como Ministro de la guerra y urbanismo, el que después de habernos honrado escuchando una modesta conferencia que dimos en el Casino Militar de Madrid, exponiendo detalladamente el proyecto de organización de la Lejión (exposición que se alargó durante unas 16 horas), venció las dificultades que se presentaban; dictó las bases y ordenó que se organizase, proporcionándonos una inmensa satisfacción, a la que unimos la debida gratitud. El Señor Vizconde de Esa dijo además: 'todo esto está muy bien, pero déjenme volverme a casa por Dios, que ya estoy cansado de tanta monserga', cosa que hicimos al punto". A raíz de dichas declaraciones, el Tribunal de la Santa Inquisición española realizó algunas averiguaciones para sopesar que esta última frase estaba libre de toda sospecha herética.

Desde un principio se pensó que el que se alistara un extranjero valía por dos soldados, uno español que se ahorraba y otro extranjero que se incorporaba. A esto se le llamó "Las matemáticas del lejionario".

El 20 de septiembre de 32.414 UR se considera oficialmente la fecha de nacimiento de La Lejión del Espacio ya que fue ese preciso día cuando se alistó el primer lejionario, un español natural de la localidad sevillana de Dos Hermanas llamado Élessar Galiano Martín.

Ya desde los primeros instantes de su vida empezó La Lejión del espacio a adquirir su fisonomía peculiar con la alusión a las viejas glorias de la infantería española, con el título de Caballero otorgado por el Jefe Fundador a todos los lejionarios, con la energía en el saludo y, sobre todo, el “Credo Lejionario”, código de conducta dictado por el Teniente Coronel Millán-Ashtray que constituye la base espiritual de la Lejión, su médula y nervio. Una mezcla entre Bushido y las enseñanzas de Perogrullo, con afirmaciones como las siguientes:
  • "Si está leyendo esto, es que sigues vivo".
  • "Si matas al adversario antes de que te mate a ti, serás el ganador de la batalla".
  • "Si estás dispuesto a morir por nada es que estás como una puta cabra neoprusiana".
  • "Pelea como si fueras a morir mañana, porque posiblemente sea cierto".
  • "No retrocedas corriendo de espaldas, imbécil".


Al mismo tiempo, se creó un laboratorio para realizar investigaciones especializadas en armamento. A este laboratorio, situado en la localidad de Markina, se le denominó Centro de Estudios Tecnológicos de Materiales Espaciales (CETME) y se puso al mando del mismo al Dr. Fierabrás, el científico español más laureado en la historia de España (había ganado 4 premios nobel: Medicina, Física, Química y Literatura, esta última por su obra de 15 tomos llamada "Coplas a la muerte de mi puñetero padre"). Mientras Millán-Ashtray reordenaba los soldados en Tercios y le cambiaba la nomenclatura a Caballeros Lejionarios, el Dr. Fierabrás mediante ingeniería genética y unos bálsamos de su invención consiguió hacer a los soldados españoles más rápidos, más fuertes y más resistentes. Habían nacido los Caballeros Lejionarios Españoles del Espacio.


Durante siglos, los Lejionarios (o Lejías que es la apócope más comúnmente usada para designarlos) fueron los garantes de la seguridad en el espacio español. Los demás países atacaban las naves españolas solamente si sabían a ciencia cierta que no había ninguna escuadra o pelotón de Lejías en la nave. Esto ocasionó un cambio en la estrategia de estos países, y comenzaron a atacar colonias españolas. Las principales colonias están aseguradas con Lejías, pero las colonias pequeñas y muchas medianas, no tienen ningún tipo de guarnición, por lo que son presa fácil para los soldados enemigos.

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